Portada » Prebióticos, probióticos y postbióticos. ¿Qué son y cómo benefician a tu gato o a tu perro?

La salud de tu gato o de tu perro depende, en gran medida, de la salud de su intestino, donde habitan millones de microorganismos que forman la microbiota o flora intestinal. Estos microorganismos cumplen funciones esenciales para la digestión, la absorción de nutrientes, la defensa contra patógenos y la regulación del sistema inmunitario. Sin embargo, a veces el equilibrio de la microbiota se altera por factores como el estrés, la dieta, los medicamentos o las enfermedades, lo que puede provocar problemas digestivos, alergias, infecciones o inflamaciones. Para prevenir o tratar estos problemas, se pueden utilizar sustancias que modulan la microbiota y mejoran su función: los prebióticos, los probióticos y los postbióticos.

¿Qué son los prebióticos?

Los prebióticos son fibras alimentarias que no se digieren en el estómago ni en el intestino delgado, sino que llegan al intestino grueso, donde sirven de alimento a las bacterias beneficiosas de la microbiota. Al estimular el crecimiento y la actividad de estas bacterias, los prebióticos favorecen el equilibrio de la microbiota y la producción de ácidos grasos de cadena corta, que tienen efectos antiinflamatorios, antioxidantes y reguladores del pH intestinal. Algunos ejemplos de prebióticos son la inulina, los fructooligosacaridos, los mananooligosacáridos, los galactooligosacaridos y la pectina. Los prebióticos se pueden encontrar de forma natural en alimentos como la achicoria, el plátano, la alcachofa o la avena, o se pueden añadir como suplementos a la dieta.

¿Qué son los probióticos?

Los probióticos son microorganismos vivos que, al ser ingeridos en cantidades adecuadas, aportan beneficios para la salud de tu gato o perro. Los probióticos pueden ser bacterias o levaduras y compiten con los patógenos por el espacio y los nutrientes, los inhiben o los eliminan, y refuerzan la barrera intestinal y el sistema inmunitario. Algunos ejemplos de probióticos son las bacterias del género Lactobacillus, Bifidobacterium, Enterococcus o Bacillus, y las levaduras del género Saccharomyces. Se pueden encontrar de forma natural en alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, el queso o el chucrut, o se pueden administrar como suplementos en forma de cápsulas, polvos o líquidos.

¿Qué son los postbióticos?

Los postbióticos son sustancias que se producen durante el proceso de fermentación de los prebióticos por los probióticos en el intestino, es decir, son sustancias procedentes del metabolismo de las bacterias beneficiosas intestinales. Estas sustancias incluyen ácidos orgánicos, péptidos, enzimas, vitaminas y otros metabolitos que tienen efectos beneficiosos para la salud de tu animal de compañía. Los postbióticos pueden modular la microbiota, mejorar la digestión y la absorción de nutrientes, reducir la inflamación y el estrés oxidativo y estimular el sistema inmunitario. Algunos ejemplos de postbióticos son el ácido láctico, el ácido butírico, el ácido propiónico, el ácido acético etc. Pueden obtenerse de forma natural a partir de los alimentos que contienen prebióticos y probióticos, o se pueden aislar y purificar para su uso como suplementos.

¿Cómo usar los prebióticos, probióticos y postbióticos en gatos y perros?

Los prebióticos, probióticos y postbióticos pueden ser útiles para prevenir o tratar diversas alteraciones de la salud de tu gato o perro, como la diarrea, el estreñimiento, la colitis, la gastritis, las alergias, las infecciones, la obesidad, la diabetes o el cáncer. Sin embargo, no todos los productos son iguales ni tienen los mismos efectos, por lo que es importante consultar con tu veterinario antes de usarlos. Algunas recomendaciones generales son:

•  Escoge productos de calidad, que contengan las cepas, las cantidades y la forma de administración adecuadas para tu animal.

•  Sigue las indicaciones de uso, la dosis y la duración del tratamiento que te indique tu veterinario, y respeta la fecha de caducidad y las condiciones de conservación del producto.

•  Introduce los productos de forma gradual y observa su respuesta. Si notas algún efecto adverso, como malestar, flatulencia, vómitos o pérdida de apetito, suspende el uso y consulta con tu veterinario.

•  Combina los productos con una dieta equilibrada, adaptada a las necesidades de tu gato o perro, y con una buena hidratación.

•  Recuerda que estos elementos no son una cura milagrosa, sino un complemento que puede mejorar la salud de tu gato o perro, siempre que se usen de forma adecuada y bajo supervisión veterinaria.

Los prebióticos, probióticos y postbióticos son sustancias que pueden mejorar la salud intestinal y general de tu animal de compañía, al modular la microbiota y sus funciones. Sin embargo, es importante elegir productos de calidad, seguir las indicaciones de uso y observar su evolución. Si tienes alguna duda o consulta sobre el uso de estos productos, no dudes en contactar con tu veterinario de confianza.

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Autora

Mónica Ágreda

Mónica Ágreda

Veterinaria y etóloga felina, con una amplia experiencia en el ámbito de la nutrición animal. Convencida vegetariana, le parece importante separar sus opciones alimenticias personales de los criterios nutricionales, que demandan los animales. Su vocación (ya no tan oculta) es la divulgación.

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