Tal y como señalábamos en artículos anteriores, afortunadamente cada vez nos preocupamos más de la alimentación de nuestros animales, al igual que nos preocupamos de la nuestra o incluso más. Por ello, en ocasiones hay personas que extrapolan su estilo de alimentación a la de su gato o perro, muy especialmente en el caso de quienes practican una alimentación vegana.
Antes de nada, conviene aclarar el concepto de alimentación vegana. Los piensos veganos para gatos y perros son aquellos que no contienen ningún ingrediente de origen animal, como carne, pescado, huevos, leche o miel. Estos alimentos se basan en fuentes de proteínas vegetales, como cereales, legumbres, frutos secos o algas, y se complementan con vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales para la salud de los animales. La alimentación vegetariana sería aquella que incluye ingredientes que, para obtenerlos, no requieren de la muerte de ningún animal, es decir, se diferencia de la vegana en que sí incluye leche o lácteos, huevos y miel.
Los motivos por los que algunos cuidadores optan por ofrecer una alimentación vegana a sus gatos y perros pueden ser diversos, como la ética, la ecología, la economía o la salud. Sin embargo, antes de tomar esta decisión, es importante informarse bien sobre los beneficios y los riesgos que puede suponer este tipo de dieta para los animales.
Los perros son animales omnívoros, es decir, que pueden adaptarse a una dieta variada que incluya tanto alimentos de origen animal como vegetal. De hecho, tienen la capacidad de sintetizar algunos nutrientes que los humanos no podemos, como la vitamina A o la vitamina C, a partir de precursores vegetales. Por lo tanto, los perros podrían llevar una alimentación vegana siempre que sea completa, equilibrada y adecuada a sus necesidades nutricionales. No obstante, en el caso de los omega 3, la síntesis que pueden hacer a partir de fuentes vegetales es muy deficitaria. Tampoco debemos olvidarnos de que son cánidos y, por lo tanto, su tendencia natural es a comer carne, es decir, en la naturaleza serían depredadores, no presas, como sería un herbívoro.
Los gatos, en cambio, son animales carnívoros estrictos, es decir, que dependen de algunos nutrientes que solo se encuentran en la carne o el pescado, como la vitamina A, la taurina, la arginina o los omega 3. Estos nutrientes son esenciales para el funcionamiento de su visión, su corazón, su sistema nervioso y su sistema inmunitario. Por lo tanto, los gatos no pueden llevar una alimentación vegana natural, sino que necesitarían suplementos sintéticos que aportasen estos nutrientes.
Existen beneficios que los piensos veganos para gatos y perros podrían aportar:
- Evitar las alergias o intolerancias alimentarias a algunos ingredientes de origen animal, como la carne de vacuno, el pollo, el cerdo o el pescado.
- Prevenir o mejorar algunas enfermedades crónicas, como la obesidad, la artritis o ciertos problemas urinarios, al reducir el consumo de grasas saturadas, colesterol y purinas.
- Favorecer la salud digestiva, al aportar más fibra, prebióticos y probióticos que favorecen el tránsito intestinal y la flora bacteriana.
- Proteger el medio ambiente, al disminuir la huella ecológica y el impacto ambiental que supone la producción de carne y otros productos de origen animal.
Pero los piensos veganos para gatos y perros también presentan riesgos:
- Provocar deficiencias nutricionales, si el pienso no está formulado correctamente o no se ajusta a las necesidades específicas de cada animal. Algunos nutrientes que pueden estar en riesgo son las proteínas, el calcio, el fósforo, el hierro, el zinc, el yodo, la vitamina D, la vitamina B12 y la taurina.
- Causar problemas digestivos: si el pienso contiene demasiada fibra, almidón o legumbres, ello puede provocar diarrea, flatulencia, distensión abdominal o fermentación intestinal.
- Reducir la palatabilidad: si el pienso no tiene un sabor o un aroma atractivo para los animales, ello puede dificultar la aceptación y el consumo del mismo.
Por lo tanto, si se quiere ofrecer una alimentación vegana a los perros y los gatos, se recomienda seguir las siguientes pautas:
- Consultar con un veterinario especializado en nutrición animal, que pueda asesorar sobre la conveniencia, la composición y la cantidad de pienso vegano para cada animal, según su edad, peso, actividad y estado de salud.
- Elegir un pienso vegano de calidad, que esté certificado como ecológico, que cumpla con las normas de la FEDIAF (Federación Europea de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía) y que tenga el aval de un equipo veterinario.
- Realizar una transición gradual, introduciendo el pienso vegano poco a poco, mezclándolo con el pienso habitual, y observando la reacción del animal. El proceso puede durar entre una y cuatro semanas, según el animal y el tipo de pienso.
- Controlar el peso, el apetito, el estado de ánimo, el pelaje, las heces y la orina del animal, para detectar cualquier signo de desnutrición, intolerancia o malestar. En caso de duda o de síntoma anormal, se debe consultar con el veterinario.
- Realizar revisiones veterinarias periódicas, que incluyan análisis de sangre y de orina, para comprobar que el animal está sano y que no tiene ninguna carencia nutricional. Se recomienda hacer estas revisiones cada seis meses o cada año, según el animal y el tipo de pienso.
En conclusión, los piensos veganos para gatos y perros pueden ser una opción válida para alimentar a nuestros animales, siempre que se haga con responsabilidad, con asesoramiento profesional y con productos de calidad. No obstante, en mi opinión de veterinaria vegetariana que busca el máximo bienestar de sus animales y pacientes, en ningún caso escogería esta opción como alimentación para ellos, ya que va en contra de la naturaleza de gatos y perros. Nosotros podemos por suerte escoger nuestro tipo de alimentación, pero ellos y su salud dependen del alimento que escojamos nosotros, según nuestra información o posibilidades. Por esta razón, no debemos imponer una dieta que pueda ir en contra de su bienestar, que debe ser nuestra prioridad.
